jueves, 17 de noviembre de 2011

Amanecer. Parte 1 (The Twilight Saga: Breaking Dawn. Part 1, 2011)

VIVA LA SANGRE EN VASOS DE STARBUCKS
Es posible que Amanecer. Parte 1 sea la mejor película de la saga Crepúsculo…. Vale, digamos que lo es.
De lo que no está uno tan seguro es de que eso sea una buena noticia para los cinéfilos….
Viendo Amanecer se tiene la sensación de que es una película hecha con un solo público en mente: los fans de las novelas, o en su defecto, de los precedentes fílmicos. Y lo cierto es que no hay nada malo en ello. La saga Harry Potter, y muy especialmente en sus últimas partes, también está hecha con sus seguidores en mente, y pasa olímpicamente por encima de explicaciones previas para neófitos porque, siendo justos…. ¿quién se suma a la saga cuando ya lleva tres o cuatro películas previas? Pues con Crepúsculo ocurre lo mismo. Ésta es ya la cuarta entrega, ni más ni menos, y el deseo de complacer a los fans y sólo a los fans es lo que motiva el metraje entero.
Pero hay una diferencia…. Y esa diferencia es que, mientras otras sagas presentan argumentos más digeribles, más aventureros, más para todos los tipos de espectador, la saga Crepúsculo, y Amanecer, sólo apelan al gusto del fan del romance empalagoso. Si no le gusta ese tipo de cine, pierde el tiempo viendo la película, y si la relación entre Bella y Edward no le emociona, está simplemente acabado. Pero eso, aun así, tampoco es culpa de la película…. Como digo, es una cinta con intenciones muy claras, y si hay algo que se le puede admirar es que no engaña a nadie ni le pide peras al olmo. Es lo que es, apunta al público al que apunta, y ya está. No hay más, pero tampoco menos.
Y además, sí tiene otras cosas que admirar…. Por fin, la película es entretenida (al contrario que las precedentes), la banda sonora de Carter Burwell es excelente, los efectos visuales están bastante logrados, y en ocasiones Bill Condon, siempre eficaz detrás de la cámara, consigue no sólo epatar visualmente al espectador, sino también transmitirle un atisbo de emoción y energía que suple las carencias del soso guión de Melissa Rosenberg. Se me vienen a la cabeza escenas como la de la reunión lobuna, o todo el climax final, que resultan momentos muy logrados (atención al inteligente uso de la insinuación y el efecto borroso para poder mantener la calificación PG-13 y no faltar demasiado a la fidelidad con la novela). Además, el sentido del humor es, cuando de verdad pretende ser tal (cosa que no ocurre siempre… y ahora voy a explicarme), muy acertado, como demuestra la tronchante secuencia de discursos en la boda de los amantes.
Hay mucho, muchísimo que agradecer a algunos actores también…. Peter Facinelly y Billy Burke son, como siempre, lo mejor de la función, con ese carisma y esa presencia tan necesarios.  A Anna Kendrick le bastan quince segundos de aparición para marcarse no sólo el momento más divertido de la cinta, sino para convertirse casi casi en lo mejor de la misma. Y se agradece muchísimo el esfuerzo de Taylor Lautner, que al menos imprime a su Jacob (no me cansaré de decirlo… el personaje más interesante del trío protagonista) una energía y un cierto carácter que resultan admirables. Además, su química con Kristen Stewart es mucho mayor que la de ésta con Robert Pattinson.
Y se agradece tanto la labor de Lautner porque si algo le falta precisamente a la película es energía… energía… energía… al margen de que la historia interese o no, todo es de un anémico que asusta. La narración no tiene pasión ninguna, ni entusiasmo, ni en momento alguno se cree lo que está contando. Y si la propia película no se toma en serio a sí misma, ¿cómo vamos a hacerlo los demás? Los diálogos son muchas veces sonrojantes, casi de vergüenza ajena, y provocan unas carcajadas en la platea que no creo que buscasen realmente.  Y si a todo esto le sumamos que a algunos nos sigue gustando el concepto tradicional del vampirismo, y aquí nos lo encontramos reducido al papel de villano (porque los Volturi son como los vampiros de toda la vida…. Aristocráticos, asesinos de personas, ¡¡¡con los ojos rojos!!!!! Y claro, por eso son malos…)…. Pues que salga el sol por donde quiera con Amanecer.
En cuanto a la pareja protagonista…. Robert Pattinson, que es capaz de mucho más, sigue encallado en esa espeluznante sosería de miradas perdidas, mientras que Kristen Stewart  se esfuerza sin éxito por quitar esa cara perenne de alucinada/dormida/ lo que sea que ha mantenido durante toda la saga. Es, simplemente, una actriz muy válida para otro tipo de películas, pero no para esto.
En definitiva, una película hecha sólo para sus fans, de discutible disfrute para los demás, con más virtudes de las esperadas, pero con demasiados defectos como para que pase del aprobado simplón.

Lo mejor: Anna Kendrick, Billy Burke, Peter Facinelli y la bien lograda intensidad de algunos momentos.
Lo peor: Tiene momentos de auténtica vergüenza ajena, por lo risible de sus diálogos y situaciones, y sigue quedándose muy a la mitad de todo lo que plantea.
Por cierto… ¿por qué a Edward le cambian de color los ojos según la escena?

No hay comentarios:

Publicar un comentario