martes, 26 de abril de 2011

Origen (Inception, 2010)

Año 1999: Los hermanos Wachowski revolucionan el cine de acción, el de ciencia-ficción y el cine en general con Matrix, una fábula alegórica sobre la realidad, los sueños., el amor y mil cosas más.
Año 2010: Christopher Nolan estrena Origen, una historia menos alegórica y estrafalaria que Matrix, pero igualmente llena de belleza y significado sobre los sueños, la realidad, el amor y mil cosas más.
Qué ha pasado en el mundo del cine durante este tiempo? Obviamente muchas cosas. Pero yo destacaría una: la aparición de los dos únicos directores actuales que yo consideraría genios. Uno es M. Night Shyamalan (casualmente, o no, su pelotazo con El sexto sentido también llegó en aquel 1999 glorioso...). El otro es Christopher Nolan. En sólo cinco años (lo siento, no he visto Memento e Insomnio...), Nolan ha cogido el cetro de rey de las manos de un Shyamalan hoy en proceso de recuperación de la confianza injustamente perdida de los estudios. Lo echamos de menos. Pero hasta que vuelva, tenemos a Nolan. Y éso es decir no mucho, sino muchísimo. Es decirlo todo.
Con Batman begins, El prestigio y, sobre todo, El caballero oscuro a sus espaldas, Nolan ya tenía poco que demostrar, pero por si a alguien le quedaba alguna duda de lo que realmente es capaz de hacer, Origen aparece ante los ojos del cinéfilo como un regalo. Un regalo a todos los niveles. Visual, porque su poderío técnico y de dirección es apabullante, pero siempre al servicio de la historia, nunca sin motivo. Melódico, porque aunque parezca imposible, Hans Zimmer vuelve a salirse con la suya y entrega su mejor partitura hasta la fecha, si es que éso era posible. Emocional, porque desde el minuto primero, la historia de este ladrón de "mente blanca" que es Dom Cobb atrapa, conmueve, electriza y mil cosas más. Romántico, porque presenta una historia de amor de las que hacen historia, arrebatadoramente romántica y trágica. Y por supuesto, interpretativa. DiCaprio, siguiendo con su recital de los últimos años, sostiene la película sobre sus hombros sin ningún esfuerzo, y ya alejado del todo de sus insufribles manierismos exagerados de su época de sex-symbol. Joseph Gordon-Levitt, sin hacer mucho ruido, conquista y casi enamora al respetable. Ken Watanabe y Michael Caine destilan elegancia. Pero he de alabar especialmente el enorme ojo que tiene Nolan para fichar a sus actrices, ya demostrado con Maggie Gyllenhaal para sustiruir a Katie Holmes en la saga Batman. Nolan quiere a las mejores, y las mejores hoy en día tienen nombre y apellido. Gyllenhaal es una, y bien podría haber sido Mal. Pero Marion Cotillard, que está que no para desde que ganó el Oscar, demuestra por qué todo el mundo se la rifa con un soberbio ejercicio de dolor, amor y violencia al mismo tiempo. Al otro lado, Ellen Page, en otra inmensa performance, haciendo que te creas absolutamente todo por lo que pasa su personaje. Es, sin más, la mejor actriz menor de 25 años que hay en el mundo.
Origen es, para quien esto firma emocionada, una de las mejores películas de los últimos años. Un ejercicio de virtuosismo. Un clásico instantáneo. La segunda obra maestra de un genio.
Seguro que no será la última.

Lo mejor: Todo
Lo peor: Nada

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