miércoles, 13 de febrero de 2013
Las ventajas de ser un marginado (The perks of being a wallflower, 2012)
Las ventajas de ser un marginado no es la mejor película del año, pero sí es uno de los retratos más agradables y, aunque suene raro, agridulces que el cine nos ha dado del paso de la adolescencia a la madurez.
El guión de Stephen Chbosky, adaptando su propia novela, elabora un diseño de personajes admirable, en el que nadie queda descolgado ni olvidado por la narración, y que mezcla comedia y drama de una forma admirable, utilizando además la voz en off (tan molesta casi siempre) con una inteligencia y acierto de la que podrían aprender muchos. La naturalidad es la nota predominante de la historia, lo que ayuda a que los personajes no resulten repelentes y podamos identificarnos con ellos. Hay tantos momentos únicos, tantos diálogos de singular belleza, que es imposible destacar un sólo instante como el mejor de una cinta que, a pesar de su sabor agridulce, está llena de luz y belleza.
Por supuesto, ésto también ocurre gracias a los protagonistas. Logan Lerman está simplemente brillante, y se apoya en los aciertos del guión (ver el ejemplar tratamiento de la enfermedad) para componer un personaje inolvidable. En las antípodas, Ezra Miller representa la exageración, el exceso, la extroversión pura y dura... pero sólo en el personaje de Kevin. Su trabajo está lleno de matices, de cuidado y de una sensibilidad exquisita que estalla en momentos como la discusión en la cafetería. Es el alma de la cinta, un auténtico robaescenas, y va a haber que estar muy atentos a su evoolución en el futuro.
Nota aparte para hablar de Emma Watson. La verdad es que no sabían lo que hacían David Heyman y Chris Columbus allá por 1999 cuando los escogieron a Rupert Grint, Daniel Radcliffe y ella para Harry Potter. Durante años se vio que podían llegar muy lejos los tres gracias a su talento, pero es maravilloso comprobar que además están escogiendo bien sus proyectos. Watson, en la piel de Sam, no sólo está encantadora y carismática a más no poder (es imposible no comprender por qué Charlie se enamora de ella), sino que da un paso al frente para posicionarse como actriz muy a tener en cuenta para todo tipo de proyectos, como demuestran sus próximas aventuras con Sofia Coppola o Guillermo del Toro, entre otros. Veremos si la gran competencia de Jennifer Lawrence y Mia Wasikowska, entre otras de su misma quinta, le deja lucirse y triunfar como se merece.
En realidad, si no recibe la máxima nota la película es únicamente porque, a pesar de su reducida duración de una hora y cuarenta minutos, el ritmo es a veces excesivamente pausado, y porque la película no consigue emocionar ni resultar memorable como quizás sí lo hacen otras de este 2012 que ha dado tantas y tan buenas películas. Pero que a nadie le quede duda de que Las ventajas de ser un marginado lo es también. Es una fantástica película. A disfrutarla.
Lo mejor: Los tres actores principales (sin olvidarme tampoco de Mae Whitman y unas breves pero excelentes Melanie Lynskey y Joan Cusack) y el equilibrio perfecto entre drama y comedia.
Lo peor: El ritmo es lento en demasiadas ocasiones.
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