sábado, 18 de febrero de 2012

La mujer de negro (The woman in black, 2012)

"The house in the marsh is by far the worst"...


Y qué razón tenía esa poesía del trailer de la película de James Watkins...
Porque la casa de Los Otros, el hotel de El Resplandor, el ídem de El Orfanato y todas las demás mansiones fantasmales del cine ya tienen una compañera más: la aterradora y amenazante mansión Drablow.
Sin embargo, quien piense que La mujer de negro es otra más de las muchas películas de casas encantadas que circulan por ahí, está muy, pero que muy equivocado...
Porque si por algo se caracteriza la película de Watkins es por apostar sin disimulo (siguiendo la novela de Susan Hill) por el goticismo en estado puro, el goticismo del siglo XIX inglés, el goticismo que podría haber escrito Ann Radcliffe o Matthew Lewis (aunque ellos seguramente lo habrían ambientado en España...). La cinta, desde el minuto 1, apuesta por el clasicismo a todos los niveles, y por entroncar con una tradición que no es tanto cinematográfica como literaria, por mucho que después el cine le haya dado vida innumerables veces. Además, La mujer de negro destaca sobre otras historias similares gracias al guión milimétrico de Jane Goldman, en el que ni sobra ni falta nada (o casi nada...), en el que cada frase, cada mirada y cada silencio tienen su razón de ser, y que a pesar de no dar para más de escasa hora y media de película, se toma su tiempo para presentar personajes y ambientes. Y la última gran razón por la que la película es la excelente ópera de terror que es la realización de James Watkins. Acompañado por la excelsa fotografía de Tim Maurice-Jones (qué importantes son la luz y las sombras en esta clase de filmes...) y aprovechándose de la escasa e inteligente música de Marco Beltrami (que nunca estropea los sustos), Watkins orquesta con maestría unas secuencias aterradoras, poniendo la cámara siempre detrás de los ojos de Arthur Kipps, sin abrir el plano, dejando que sea él quien descubra al espectador quién mueve la mecedora (La película, en el apartado de los sustos, no da descanso al espectador)... y al mismo tiempo, maneja con soltura los momentos más íntimos y las escenas de diálogo.
 

Y a todo ésto hay que sumarle el plus que supone ver a Daniel Radcliffe en estado de gracia, diciéndolo todo con los ojos, de camino ya a convertirse en unos años en uno de los mejores actores del mundo, y llevando prácticamente en solitario el peso de toda la película. Su labor es especialmente loable en la secuencia de la primera noche de Kipps en la casa. Unos 20 minutos sin diálogos en los que Radcliffe llega al límite, ayudado por todos los demás elementos, conformando una de las secuencias más brillantes y más aterradoras jamás vistas.
Sin duda se le podría criticar que hay sustos fáciles, mil veces vistos con anterioridad, o un desenlace (que no desvelaré) que resulta poco satisfactorio en cuanto a finalizar el misterio de la Mujer de Negro. Pero el resultado es tan brillante, tan completo, y tan angustioso de ver que acaba resultando un placer absoluto. Y no creo que haya mejor cumplido para una cinta de terror.

Lo mejor: La realización cuasimagistral de James Watkins, la estupenda interpretación de Daniel Radcliffe, y toda la secuencia de la primera noche de Kipps en la casa. Un verdadera sinfonía de horror in crescendo.
Lo peor: El final resulta algo insatisfactorio.

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