jueves, 19 de febrero de 2015

Magical girl (2014)


Es muy difícil hablar de Magical Girl sin desvelar nada de su sorprendente argumento y desarrollo.
Más difícil todavía es encontrar palabras para hablar de su grandeza, porque Carlos Vermut ha creado no solo la que es probablemente la mejor película de 2014 de cualquier nacionalidad, sino una de las mejores películas españolas de todos los tiempos.
Resulta cada vez más difícil encontrar películas que no se queden en la superficie, que profundicen, que no tengan apenas defectos y si los tienen sean tan mínimos que se les perdonen, que tengan personajes maravillosos y complejos, que resulten atrevidas, turbadoras y bellas al mismo tiempo, que hagan pensar, que asqueen, que produzcan miedo y que aun así sea imposible apartar los ojos de la pantalla de puro fascinantes que son las imágenes. Magical Girl tiene todas esas características. No se dejen engañar por su ritmo sosegado o por los a veces minutos enteros sin diálogo. No es una película aburrida ni pesada. La tensión de la trama (a veces casi insoportable), los secretos que guarda, lo que se insinúa y no se dice nunca, la situación de cada personaje y cómo se demuestra que no existe una única verdad son razones más que de sobra para no pestañear siquiera ante la tela de araña que teje Vermut para los espectadores. Una tela en la que, a poco que se tenga un mínimo de sensibilidad y gusto cinéfilo, se ve uno atrapado sin remedio y hasta el final. O incluso después del final. Magical girl es un regalo, un plato exquisito lleno de tantos detalles y aristas que desearán saborearlo más de una vez.
Entre los actores, fíjense cómo estará el nivel que José Sacristán, en la que es quizás su mejor interpretación en años (y ya es decir) no es el más destacado. Ni siquiera con ese tercio final de antología que se marca. Israel Elejalde es un ejemplo de profesionalidad y precisión en cada mirada y cada frase. Lucía Pollán resulta hipnótica y, sí, mágica. Luis Bermejo hubiera ganado todos los premios del mundo de no haber estado Javier Gutiérrez por La Isla Mímina, y con toda justicia porque lo que hace es simple y llanamente soberbio, un trabajo propio de un maestro. Y Bárbara Lennie también podría haber compartido premios con Macarena Gómez y su tour de force en Musarañas, pero no puede haber discusión cuando Lennie hace lo que hace en esta película. La protagonista de Obaba lleva diez años trabajando al más alto nivel, entregando uno tras otro trabajos de calidad superlativa, en teatro y en cine, convirtiéndose paso a paso en una de las más grandes. Su homónima Bárbara de Magical girl tendría que ser de visionado obligatorio para cualquiera que desee dedicarse a la interpretación. Es de otro mundo.
En dos palabras: obra maestra. No se la pierdan, por favor.

Lo mejor: Todo
Lo peor: Nada

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