martes, 20 de enero de 2015

Escobar: Paraíso perdido (Escobar: Paradise lost, 2014)


Escobar, dirigida de forma bastante correcta por el debutante Andrea Di Stefano, no es un biopic al uso sobre el homónimo Pablo Escobar, famoso narco colombiano muerto en 1993. Es más bien una repetición de la fórmula que tan bien explotó Kevin Macdonald en El último rey de Escocia, es decir, la historia de cómo un ciudadano normal (se llame Nicholas Garrigan en la cinta sobre Idi Amin o Nick en esta película) se ve seducido por el carisma y poder popular de un personaje nada recomendable que se dedica a negocios de lo más sucios. Es decir, es la historia de la sociedad que se pone la venda en los ojos y permite que ocurran atrocidades.
La idea, como decimos, no es mala, pero Di Stefano no la explota de una manera que merezca la pena recordar. Es entretenida, sí, y cuenta con un buen trabajo de sus actores principales, pero ahí acaba lo bueno. Lo demás es un conjunto de tópicos montados unos detrás de otros, una estructura narrativa de lo más telefilmesca, argumentos superfluos (¿qué aporta realmente la historia de amor a la trama principal?) y sobre todo una desconexión absoluta entre público y personajes. No se crea en ningún momento un interés en el espectador por saber qué va a ocurrir al final con Nick, Pablo o María, si sobrevivirán, morirán, se casarán o qué demonios harán después con sus vidas. Lo más destacado, como se decía antes, es la presencia de un Benicio del Toro imponente. Había pocos actores que pudieran interpretar un personaje con tantas luces y sombras como Escobar, y sin duda el puertorriqueño era uno de ellos. Su sola presencia física impone respeto y no deja lugar a dudas acerca del poder del personaje, y su interpretación es todo carisma y magia. No sería justo olvidar tampoco a la española Claudia Traisac, muy meritoria en un rol de adorno que aporta bastante poco a la trama, y por supuesto a Josh Hutcherson, cada vez más y mejor actor.
En definitiva, una película para un tarde aburrida de fin de semana, adecuada para empezar a conocer quién fue Pablo Escobar pero poco lustrosa en lo cinematográfico, que al fin y al cabo es lo que importa.

Lo mejor: Benicio del Toro
Lo peor: No tiene nada realmente destacable más allá de las interpretaciones

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