jueves, 28 de agosto de 2014
Guardianes de la Galaxia (Guardians of the Galaxy, 2014)
Alguien ha dicho por ahí que Guardianes de la Galaxia podría ser la nueva Star Wars, y no van desencaminados. Hay algo que recuerda mucho a la inmortal saga de George Lucas. Las muchas razas que pueblan su universo, el constante cambio de planeta, y sobre todo el sentido del humor y el encanto que desprende. Porque si hay algo que la película tiene a raudales, es eso.
Dejando de lado que la historia está más vista que el tebeo (nunca mejor dicho) y que quien quiera algo con cierta enjundia debe ir a buscar en otro sitio (los caladeros de los Batman de Nolan, X Men, el Superman de Zack Snyder o mismamente los Vengadores siempre son buenos para pescar), lo cierto es que Guardianes de la Galaxia es una auténtica gozada. Es divertidísima, es muy cachonda, tiene por supuesto unos efectos visuales y sonoros de primerísimo nivel que alcanzan su cenit en el espectacular clímax final, y sobre todo tiene ese aire familiar de cinta que quizás no haga tanto dinero como otras de la casa Marvel, pero al final puede que la gente termine recordándola con mucho más cariño que a Iron Man 3 o las andanzas de Thor y Capitán América, por ejemplo. Y eso obedece, como decíamos, a ese encanto que desprende y ese sentido del humor tan, en cierto modo, ochentero que la emparenta en espíritu con grandes clásicos de aventuras y ciencia-ficción, como la ya mencionada Star Wars muy claramente o incluso, y aunque pueda sonar raro de primeras, Los Goonies, por el extraño aunque amistoso grupo que conforman Star--Lord, Gamora, Rocket, Drax y Root. Y ya si encima James Gunn (¡quién diría que nunca había filmado un blockbuster veraniego! Ya quisiera Michael Bay, siempre deudor del montaje, ese buen manejo y esa planificación) se arma un casting tan bizarro y arriesgado, con el semidesconocido para el gran público Chris Pratt a la cabeza, la nueva musa del fantástico Zoe Saldana (Avatar, Star Trek y ahora Guardianes de la Galaxia. Toma castaña), secundarios de carácter (Djimon Hounsou, Glenn Close, Lee Pace), recién llegados (Dave Batista) y grandes estrellas poniendo voz a los personajes animados (Bradley Cooper, Vin Diesel), el resultado no puede más que redondearse aún más.
Un crowd pleasure en toda regla, en absoluto perfecto pero sí muy muy disfrutable.
Lo mejor: El buen rollo que desprende y el salero de los actores (especialmente un estupendo Chris Pratt y Bradley Cooper poniendo voz a Rocket).
Lo peor: Podría haber sido más corta y no hubiera pasado nada. Se hubiera evitado ese pequeño bache a la mitad.
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