martes, 1 de abril de 2014

Divergente (Divergent, 2014)


Divergente es una más delas sagas juveniles que juegan con los futuros distópicos en tiempos de crisis. ¿Una más? Sí y no.
Compartiendo ciertos elementos narrativos con Los Juegos del Hambre y muchos más con Un mundo feliz, la historia de Veronica Roth es ciencia ficción mezclada con acción y romance en sus justas dosis pensada al milímetro para atraer a adolescentes y jóvenes, lo que no quiere decir que no pueda ser disfrutada también por adultos que acepten qué clase de historia se les propone. Y lo cierto es que Divergente, la película, es una correctísima cinta de pura evasión y entretenimiento. Neil Burger recrea muy bien los ambientes de la novela y los distintos escenarios, de forma que resultan casi iguales a los que seguramente los lectores imaginaron al leer (atención al uso de la luz y las sombras en la sede de Osadía y su contraste con Abnegación o Erudición), las escenas de lucha están bien coreografiadas, hay unas cuantas escenas visualmente poderosas (atención a los saltos desde el tren) y sobre todo resulta de lo más entretenida e interesante dentro de sus parámetros. Un interés, sin embargo, que no se ve acompañado por la emoción que sería necesaria para identificar al espectador con los personajes y la denuncia social. El fallo más grande de la película es precisamente ese. Todo está tan calculado y tan medido que la narración es fría e impersonal. Nunca se logra transmitir la auténtica gravedad de quedar sin facción, la dureza del entrenamiento de Osadía (seguramente por la calificación por edades que se pretendía conseguir) o el propio concepto de la Divergencia. De igual modo, existe la duda acerca de si los no lectores del libro van a comprender realmente qué es el sistema de facciones y cómo funciona, porque la película tampoco logra nunca acercarse a los resultados de la exposición sociopolítica de la novela, que ya de por sí es algo fría y poco clara en todo su conjunto.
Entre los actores, sin duda quien más destaca es Theo James, que no sólo es el perfecto Cuatro sino que además tiene la mirada y planta perfectas para plasmar la complejidad del personaje, con su mezcla de bordería y encanto. Shailene Woodley estuvo maravillosa en Los Descendientes y seguramente mejorará en las secuelas, pero aquí pasa demasiado rato a medio gas. Se la ve incómoda en muchas escenas y su rostro no siempre logra expresar a veces la emoción necesaria (ver cuando ejecuta un disparo especialmente dramático o cuando cae por el abismo en la sede de Osadía el día de su llegada a la facción... digamos que interpreta muy bien a la Tris abnegada, pero no tanto a la Tris osada y mucho menos a la divergente), aunque también ofrece momentos que dejan ver la excepcional actriz que es o va a ser en el futuro (ojo a cuando llora una pérdida importante o cuando se enfrenta a Cuatro y a Janine). De Kate Winslet ya hay poco que decir a estas alturas. Aquí, en el rol de villana sin escrúpulos, resulta elocuente y elegante sin esforzarse nada y poniendo el piloto automático, a pesar de que su Janine no resulta ni la mitad de amenazante y odiosa que en la novela.
En definitiva, una buena propuesta de acción y ciencia ficción juvenil pensada para entretener y hacer pensar (aunque sea un poquito) a muchos tipos de público, lo que siempre es de agradecer en los tiempos difíciles. Como el de Divergente. Como el nuestro.

Lo mejor: Theo James, el aspecto visual de la cinta y lo entretenida que es.
Lo peor: Le falta alma y corazón para emocionar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario