sábado, 7 de diciembre de 2013

Carrie (2013)


Carrie, versión Kimberly Peirce, es una película con mucho que considerar, muchísimo más de lo que puede parecer a simple vista.
Conviene empezar diciendo que la empresa que acometía la realizadora de Ausente y Boys don't cry no era nada fácil. La novela de Stephen King es seguramente una de las más conocidas no sólo del famosísimo autor, sino de todo el género de terror, y la sombra de la excelsa versión cinematográfica de Brian De Palma es sumamente alargada. Sin embargo, la de Pensylvania triunfa en la misión de hacer "su" Carrie, con personalidad propia y sin faltar al espíritu de la pluma del maestro King. Atención si no a ese prólogo envuelto en gritos desesperados que, si no me equivoco, nunca antes se había visto en ninguna adaptación previa de la historia.
Sin embargo, esta Carrie adolece de un cierto letargo durante su primer acto de presentación de personajes y ambientes. Le falta fuerza y garra, las escenas no acaban de coger vuelo, y el espinoso tema del acoso escolar aparece casi de tapadillo, sin el dolor y la denuncia latentes en otros tratamientos de la historia. El montaje, además, es algo errático, terminando escenas abruptamente y sin mucha explicación (Carrie en el armario, la conversación en la tienda entre Margaret y la madre de Sue), y los diálogos no pasan de la categoría de "aceptables". Parece, en pocas palabras, una Carrie descafeinada, fiel a la esencia pero infinitamente menos inquietante e impactante de lo que debería ser (a ratos uno se pregunta si Peirce no está intentando vender la moto a las nuevas generaciones, de ahí el tono más sosegado y, por así decirlo, light del comienzo). Además sorprende mucho, y no precisamente para bien, que en vez de optar de una vez por todas por respetar la novela en su totalidad se prefiera copiar algunas cosas muy importantes de la película de De Palma, cuando tanto se insistió en que no era un remake de la misma.
Craso error del espectador pensar así. O quizá era lo que Peirce buscaba, quién sabe... porque lo que viene después, una vez Sue y Tommy, por un lado (unos excelentes Gabriella Wilde y Ansel Egort), y Chris por otro (una brillantemente odiosa Portia Doubleday) eleva el nivel de la película de una forma que solo puede definirse como extraordinaria. Si da más miedo o no que la de De Palma, si resulta más o menos inquietante, es algo que deberá decidir cada espectador. Seguramente aquella puso los pelos más de punta en el clímax final, por la propia concepción setentera del terror, muy distinta a la que ofrece hoy el género, pero la manera en que la realizadora orquesta la masacre final y muy especialmente el reencuentro de la protagonista con su especialísima madre es digno de aplauso, tanto por el uso de la luz y el encuadre que hace Peirce como por lo que ocurre en sí en la pantalla.
Y cómo podría acabarse una crítica de esta nueva Carrie sin alabar el inmenso trabajo de sus dos protagonistas. Tanto Julianne Moore como Chloë Grace Moretz logran algo muy complicado: aportar su granito de arena al legado de Carrie, hacer suyos los personajes y no permitir que las sombras de Piper Laurie y Sissy Spacek las devoren. Moore, que es una de las mejores actrices del mundo sin excepción, compone una Margaret White menos histérica y enloquecida, pero igual de aterradora y fanática. Moretz, por su parte, da un golpe sobre la mesa, enseña quién es la mejor de las actrices adolescentes de hoy en día (sintiéndolo por Hailee Steinfeld y Abigail Breslin, que también son muy buenas... quizá Elle Fanning sea la única que se pueda comparar con la protagonista de Déjame entrar), y entrega la que es su mejor interpretación hasta la fecha con una Carrie que transpira tristeza e indefensión, pero también ira. Una Carrie tremendamente real.

Lo mejor: Chloë Grace Moretz, Julianne Moore y toda la película en sí desde que empieza a prepararse el baile de graduación.
Lo peor: El arranque, falto de intensidad, y la manía por imitar ciertas cosas del film de de Palma que nunca estuvieron en la novela. Le quita aroma propio a la película.

No hay comentarios:

Publicar un comentario