martes, 11 de diciembre de 2012
Skyfall (2012)
Lo mejor de Casino Ryale, aquel Bond superlativo para los que no nos interesa Bond (y para los fans también, qué carajo), apuntó y desarrolló lo que ha dado vida y alma nueva al personaje del agente más conocido de todos los tiempos. Algo que no fue nada menos que éso, alma, corazón, vida. En otras palabras, hacer a Bond humano. Pero mientras que Martin Campbell exploraba los sentimientos de 007 en el campo del amor, Sam Mendes da un paso más y apuesta todo a un número arriesgado. Al de un Bond pasota, débil, con miedo, que sufre para ser aceptado en el MI6, que bebe más de lo que debería, que se duele de sus heridas, al que su pasado atormenta. Pero Bond al fin y al cabo. Es decir, arrojado, valiente, audaz, seductor, inteligente. Aunque rebose debilidad y dolor a cada paso.
Ni que decir tiene que Daniel Craig personifica tan complicada papeleta con la seguridad, el carisma y la mirada intensa de siempre, pero aumentada al máximo, en un trabajo simplemente memorable.
Pero más que su talento, o el de Sam Mendes tras la cámara (maneja con igual soltura las escenas intimistas de diálogo y las trepidantes persecuciones y tiroteos... ¿tiene techo el genio de Mendes? ¿Encontrará algún día su ecléctico estilo la horma de su zapato?), la jota de la corona de este Skyfall es, como en Casino Royale, el guión. Firmado de nuevo por Neal Purvis y Robert Wade, ayudados esta vez por el siempre interesante John Logan (Gladiator, Sweeney Todd), este libreto de Skyfall es un lujo para el espectador. ante nuestros ojos se sucede una sabia combinación de acción, thriller y drama, que no insulta la inteligencia del espectador, y le proporciona un espectáculo de entretenimiento de primer orden que no renuncia a la complejidad y los personajes interesantes. Ahí están ese Mallory, encarnado sibilinamente por el siempre excelente Ralph Fiennes, o el pitagorín pero inteligente Q (un soberbio Ben Whishaw, demostrando su talento para la comedia... ver su presentación a Bond en la National Gallery). El Raoul Silva de Bardem queda también en la memoria, en gran parte por su escritura en el guión, aunque es de reconocer que Bardem le ha puesto muchas ganas y una gestualidad interesante.
Pero si por algo merece la pena pasar a la historia Skyfall es por el nivel de excelencia alcanzado por Judi Dench en el papel de M. Acompañada por Craig (vaya química tan buena) o sola, la oscarizada intérprete está pletórica de principio a fin, en un trabajo sólo a la altura de las más grandes.
Larga vida al MI6, mientras tenga esta calidad. Y larga vida a este Bond. Es su destino gustarnos tanto.
Lo mejor: La madurez del guión, y una vez más, el aspecto emocional del personaje de Bond, reforzado por su relación con M. Imposible no destacar, por tanto, el enorme trabajo de Craig y sobre todo Dench, juntos y por separado.
Lo peor: Las chicas Bond son aquí más floreros que nunca (la Eve de Naomie Harris, mismamente, desaparece sin dejar rastro y no se sabe por qué), pero el resto es tan bueno que se le perdona ese defecto.
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